Nos conocemos desde niños, creciendo en la misma iglesia, pero fue en el 2011 cuando comenzamos a hacernos realmente cercanos. Luis se empezó a involucrar más en la comunidad, y al compartir más tiempo, nació una amistad especial. El hermano de Nicolle era el mejor amigo de Luis, y poco a poco, entre reuniones, conversaciones y miradas, algo más empezó a florecer.

Un 19 de julio de 2014 comenzamos nuestra historia como novios. Estuvimos juntos ocho meses, luego tomamos un tiempo para madurar, pero Dios tenía planes más grandes para nosotros. El 2 de agosto de 2015 volvimos a intentarlo… y desde entonces hemos caminado juntos, creciendo como pareja día a día.

Nuestra primera cita fue en el cine, y aunque sencilla, fue el inicio de muchos momentos que nos enseñaron que el amor se construye con pequeños detalles, con acciones que hablan más que las palabras, y sobre todo, con Dios como el centro de todo.

Después de diez años de compartir alegrías, retos, aprendizajes y mucho amor, llegó el momento de dar un paso más. La propuesta fue en una cena íntima, en el restaurante de un gran amigo, sencilla y especial, como lo es nuestra historia.

Hoy, nuestro matrimonio significa mucho más que una ceremonia. Es una promesa cumplida por Dios, un sueño que crece: el de formar una familia, de seguir caminando juntos, con fe, amor y gratitud por este regalo que hemos recibido.